Época: civilización minoica
Inicio: Año 2000 A. C.
Fin: Año 1450 D.C.

Antecedente:
Arquitectura

(C) Jacobo Storch de Gracia



Comentario

Las ceremonias de culto en época minoica se realizaban en lugares diversos: cuevas, santuarios en picos de montañas, colinas, templetes y altares campestres y, sobre todo, en los palacios, donde existen habitaciones especiales en las que se concentran las ofrendas a las divinidades. La mayor parte de la arquitectura religiosa nos es conocida gracias a los exvotos en formas de capillas, altares y fachadas de templetes, como el descrito en el patio de Cnosós. Estos exvotos se depositaban en cuevas (más de 200 en Creta tienen restos de culto), y en edificios aislados en lugares sagrados, en lo alto de cimas montañosas o dispersos en la campiña. La mayoría de ellos está dedicada a la Diosa Madre, garantía de la fecundidad de los campos y animales. Muchas de estas cuevas y lugares del campo han sido santificados por la iglesia ortodoxa, construyendo en ellos ermitas e iglesias. De los edificios religiosos poco ha quedado, aunque destacan los estudiados en Kumasa o en Jamaizi, donde ídolos, joyas, cerámica y otras ofrendas se ocultaban en bóthroi, agujeros excavados en el suelo. El edificio de Jamaizi es muy notable, pues tiene una forma ovalada y numerosas habitaciones en su interior, datada entre 2000 y 1800, en el Minoico Medio I. A la época de los primeros palacios corresponde el templo de Anemospilía, cerca de Arjánes, hallado en 1979. Se trata de un edificio con tres habitaciones paralelas precedidas por otra transversal. Su importancia radica, además de los exvotos y los pies de barro de una estatua de culto de material perecedero, en el hallazgo de un aspecto de la religión minoica hasta ahora desconocido. En una de las habitaciones transversales se encontraron los restos de un sacrificio humano realizado, con toda probabilidad, para implorar a la divinidad el cese del seísmo de hacia 1700. El terremoto acabó con la vida de tres personas, los oficiantes en el sacrificio de un joven que ya se había desangrado en el momento en que se produjo la caída de la techumbre del templo. Este hallazgo, junto a otros restos de sacrificios humanos ha hecho oscurecer un tanto el brillante aspecto que la civilización minoica tenía hasta entonces.
Los restantes templos minoicos consisten en habitaciones de culto integradas en los conjuntos palaciales, dando una clara idea sobre la organización, por parte de éstos, de las ceremonias cultuales.